Antioxidantes

El tema de los antioxidantes es muy bonito a la vez que interesante, pero puede llegar a ser muy denso y arduo al mismo tiempo. Por tanto, hoy os vamos a explicar unas nociones básicas para que conozcáis estas super moléculas y podáis decidir si incluirlas o no en vuestras rutinas… podemos adelantar que va a ser un ¡¡SÍ rotundo!!

 

Muy bien, empecemos por el principio, un antioxidante es una sustancia que impide la oxidación de otra molécula. La oxidación de nuestra piel se produce por el envejecimiento, los rayos de sol, la contaminación de la atmósfera, la mala alimentación y muchísimos factores más que queramos o no, se encuentran en nuestro día y día y son los responsables del envejecimiento de nuestra piel.

Aquí me gustaría señalar que tanto la piel como los cosméticos no tienen edad impuesta, todo depende de como la cuidemos, los mimos que le aportemos y en mayor o menor media de la genética. Sí…esto es algo que a nadie nos gusta (o sí) pero que también hemos de tener muy presente.

 

Es decir, son nuestros mejores aliados, nuestros protectores, nuestros guerreros.

 

Dicho esto, los ingredientes que podemos encontrar en dermocosmética con esta función antioxidante son la vitamina C, los carotenoides (en este grupo entran los derivados de la vitamina A), la melatonina, la vitamina E, el resvetratrol (procedente del vino), el ácido ferúlico, la silimarina, la coenzima Q10, el ácido alfa-lipóico, el extrato de granada y otros muchos más.

 

La vitamina C es uno de los máximos representantes de los antioxidantes. Es apto para todo tipo de pieles siempre que tengamos en cuenta su concentración y su formulación. A mayores concentraciones no quiere decir que aumente su eficacia, pero sí su irritabilidad, pudiendo causar rojeces en la rosácea o escozor en pieles sensibles.

 

Lo curioso de la vitamina C es que la mayoría de las veces la encontramos en formatos monodosis, cuentagotas o ampollas. Formatos opacos y con una limitada exposición al aire. Ya que la vitamina C es muy inestables químicamente y es fotosensible. Lo que quiere decir que son la luz y el oxígeno se oxida perdiendo su eficacia y cambiando de color a uno amarillo-marrón.

 

No obstante, la vitamina C nos gusta tanto porque es un TODOTERRENO y entre sus múltiples funciones encontramos la mejora en la función protectora barrera de la piel, de la luminosidad, es un ingrediente despigmentante, lo que nos ayudará en nuestro objetivo de eliminar pequeñas manchitas y unificar el tono de la piel; es antioxidante, antiinflamatoria y protectora frente al eritema o rojez y a la quemadura solar. Además, es eficaz como tratamiento antienvejecimiento ya que incrementa la síntesis de colágeno, mejorando la elasticidad y el aspecto de las arrugas. Del mismo modo, impide que se degraden las moléculas de colágeno ya formadas, así como el impedimento de la rotura del ácido hialurónico y de la elasticidad de la piel.

 

Es decir, nos ayuda a mejorar el tono en la piel, evita que se formen las arrugas y mejora un poco las ya formadas; nos protege de daños, nos ayuda en tratamientos despigmentantes, mejora la elasticidad de la piel… ¡Sirve para todo!

 

Además de nuestra maravillosa vitamina C existen, como hemos comentado antes, numerosos ingredientes cosméticos más que son antioxidantes y para nosotras ya son un “must” en nuestra rutina.

 

Esperamos que os que haya gustado y servido de ayuda.

 

¡Nos vemos en el próximo post!

Nuria.

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